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martes, 2 de junio de 2020

GILBERTO VARGAS PINTO


Gilberto Vargas Pinto. Foto donada por la Familia.  y publicada en el texto elaborado por Jaiber Tique Vargas.  



Texto de : Jaiber Tique Vargas 



Gilberto Vargas Pinto, La verdad no ha desaparecido.


Se debe luchar no solo contra la desaparición forzada de personas, sino contra la impunidad y contra el olvido: si los olvidan, si lo olvidamos mueren”

(Informe “Hasta encontrarlos” CNMH 2016)

Mayo 31 de 2020


"Hoy hace 32 años Gilberto Vargas Pinto, un joven de origen campesino Militante del Partido Comunista y La unión Patriótica, fue detenido arbitrariamente y desaparecido forzadamente por las fuerzas Militares el 31 de mayo de 1988 en El Castillo, en el departamento del Meta.

Gilberto por su estatura y agilidad era conocido cariñosamente por su familia y sus amigos como “Chapulín”. Era esposo y padre de dos hijas pequeñas y siempre que salíabuscaba rápidamente regresar al hogar de las tres mujeres de su vida. El día de su detención arbitraria y desaparición forzada por agentes del estado, viajaba desde la ciudad de Villavicencio hacia la inspección de Medellín del Ariari, en el municipio El Castillo, donde vivía luego de haber asistido solidariamente a los funerales del presidente de la Asamblea departamental del Meta, Carlos Covaks Baptiste, quien fuera asesinado el 27 de mayo de 2018 y que se destacó como dirigente de la Juventud comunista y la Unión Patriótica.

Después del sepelio Gilberto emprendió su viaje hacia su casa en un vehículo tipo campero, siendo detenido arbitrariamente en la base militar de Pueblo Sánchez, municipio de El Dorado, por tropas adscritas a la séptima Brigada del Ejército Nacional al mando de los Tenientes Gilberto Niño y Torres Chitiva.

Encontrándose aún todavía en el retén de los militares GILBERTO VARGAS envío una nota a su esposa con un vecino que viajaba en un bus de transporte público, en la que le explica que se encontraba en un retén militar y que regresaría más tarde a la casa, pero sus hijas menores y su esposa se quedaron esperando darle el abrazo de bienvenida a casa, Gilberto jamás regreso. Los militares lo condujeron hacia una finca del sector, donde luego de hacerlo firmar un documento donde constaba que había sido dejado en libertad y recibido buen trato, fue entregado a los reconocidos paramilitares Benjamín Hernández y Nepomuceno Rojas Melo, quienes según testimonios después de someterlo a aberrantes torturas fue asesinado y sepultado en una de las tantas fosas comunes que aún tienen los militares y paramilitares en esa región.

Hoy 32 años después su familia lo sigue esperando, lo sigue buscando, exigen verdad, justicia y reparación integral. La FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN archivó la investigación y los militares siempre han negado haberlo desaparecido, lo militares implicados ya se encontrarán en uso del retiro y no han respondido por su actuar criminal yen connivencia con los grupos paramilitares que siempre estuvieron operando en el municipio El Dorado y Cubarral ante la mirada y acción cómplice de las autoridades militares y gubernamentales , que sometieron a los habitantes del municipio El Castillo a un confinamiento durante varios años por el temor de ser torturados, asesinados y/o desaparecidos, como sucedió con Gilberto.

Gilberto Vargas Pinto hace parte de un caso más de persecución y violencia paraestatal que se ha ensañado contra la Familia Vargas en el Meta, siete (7) integrantes de esta familia han sido desaparecidos forzosamente, mientras que otros cuatro (4) han sido asesinados, entre los que se encuentran el representante a la cámara por La unión Patriótica Octavio Vargas Cuellar, quien fuera asesinado en el 14 de diciembre de 1986 en san José del Guaviare, y Delio Vargas Herrera, dirigente comunista y presidente de ASCODAS en el Meta, también desaparecido por las fuerzas de seguridad del estado, sometiendo de esta forma a la familia Vargas al destierro de su región por ser militantes de izquierda, lo cual no es un delito en un estado democrático.

Además, es un caso más del reconocido genocidio político dirigido contra el partido Comunista y la Unión patriótica en el país. Su caso hace parte a los más de 80 mil desaparecidos en Colombia que se encuentran en la impunidad, después de que el estado colombiano adoptara la Doctrina de Seguridad Nacional impuesta por los Estados Unidos, de lucha contra el comunismo, que incluye practicas violatorias de los Derechos Humanos, como la tortura y la desaparición forzada.
La memoria y ejemplo de GILBERTO VARGAS PINTO seguirá inquebrantable para su familia y sus compañeros, han desparecido su voz, su cuerpo, pero jamás podrán desaparecer la Verdad.

Gloria Eterna para Gilberto Vargas Pinto".

Por Jaiber Tique Vargas Mayo 31 de 2020


jueves, 14 de mayo de 2020

José Ignacio Gutiérrez Sánchez


José Ignacio Gutiérrez Sánchez  asesinado en  el Caserío de Puerto Unión, municipio de El Castillo – Meta) unto  Leovijildo Castellanos,  Dumar Castellanos y Gustavo Jaramillo Orjuela, el 20 de Diciembre de 1992.
 
José Ignacio Gutiérrez Sanchez.  Foto donada por la Familia. 

Campesino de la vereda Caño Embarrado,  Nació en Melgar, Tolima.  Padre de 5 hijos de la familia Gutiérrez.  Familiar de Juan de Jesús Gutiérrez  ex - alcalde de El Castillo.


Hombre alegre, le gustaba hacer bromas a las personas,  hacerlas reír con sus cuentos y chistes.  Tenía cultivos de café y cacao en la finca que era propiedad de su padre dónde vivía con su familia cuando fue asesinado.



El 20 de diciembre de 1992 un grupo de paramilitares llegó en un par de vehículos a la vereda Caño Embarrado en el municipio de El Castillo, en el Alto Ariari, a unos 70 kilómetros al sur de Villavicencio.  Los hombres sacaron de sus casas a cerca de 40 campesinos, seleccionaron a tres y junto a una víctima que traían con signos de tortura, los asesinaron.

Los muertos fueron Gustavo Jaramillo, José Gutiérrez, Leovigildo y Dúmar Castellanos, todos miembros de la Unión Patriótica, UP.  Desde mediados de los ochenta, grupos de paramilitares traídos desde el Magdalena Medio por narcotraficantes y esmeralderos asesinaron sistemáticamente a militantes de la izquierda, en un proceso de exterminio, que se concentró especialmente en los municipios que bordean el río Ariari.

Desde los setenta, la izquierda logró crear una base social en esta región y luego de los diálogos de paz durante el gobierno de Belisario Betancur se creó la Unión Patriótica, donde miembros de diversas organizaciones sociales consiguieron un espacio político.  La UP logró elegir a varios alcaldes y concejales en la zona pero el movimiento fue exterminado por los ‘paras’, conocidos en ese entonces como ‘Masetos’, en referencia al Mas, Muerte a Secuestradores.