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viernes, 24 de abril de 2020

Experiencias: Peregrinación Mártires del Alto Ariari 2020.


Peregrinación Alto Ariari municipio  de El Castillo  departamento del Meta Colombia 

 1 al 6 de febrero de 2020.


Paola Donato / Elkin Salamanca/Lucas Rodriguez



Foto tomada por Lucas Rodriguez. 
Existen diferentes formas de avanzar, también de mirar atrás.






Granada – Caño Sibao (6 km 3 horas)

El día primero de febrero un grupo de peregrinos de diferentes procedencias dedicados a diversas disciplinas, nos unimos para caminar juntos por las víctimas del conflicto en el municipio del alto Ariari.  Caminar, el más cotidiano de los actos, se volvió nuestro propósito en común, y nos reunió a locales y foráneos en el lugar de los sucesos. Bajo esta acción, nuestras intenciones de ayudar se soportaban en nuestros cuerpos, y en la relación que construiríamos en el andar a partir de la articulación del discurso de quienes necesitan ser escuchados, para la reconstrucción de memoria en un acto de catarsis.



Situándonos en el lugar de los hechos, empezamos el recorrido con la historia de María Mercedes Méndez, alcaldesa del municipio que fue asesinada junto a otros cuatro funcionarios públicos. En este espacio, se fundó un monumento que daba paso a la reflexión a partir del reconocimiento del entorno y la remembranza de los momentos violentos que ahora hacían parte del imaginario de los que nos encontrábamos allí, junto a las víctimas, que al compartir sus historias de dolor lograban disminuir un poco la sensación de soledad que generan los malos recuerdos.



Caño Sibao - El Castillo (6 km 3 horas)

Foto Tomada por Paola  Donato
Entre el punto A y el punto B de nuestro andar, se encontraba el espacio de la vida que transcurrió en la época de la violencia. Cada coordenada de la peregrinación estaba determinada por la interrupción de la existencia de los familiares y amigos de quienes transitaban con nosotros.  

Cada brecha en el devenir de estas personas marcaba un punto de referencia. Para el caminante generalmente los nombres de los lugares de pausa están definidos por las vivencias en el entorno. En este caso, están dados por los nombres de las vidas que fueron arrebatadas. Nuestro lugar de reposo era una casa dedicada a la producción de cacao, donde ocurrió la desaparición de los hermanos Paz Pérez, muerte que es justificada por los victimarios con la mentira de la pertenecía de los hermanos a grupos paramilitares. Este hecho resalta el contraste entre la riqueza de la tierra de esta región, y la pobreza de humanismo que tuvo que sufrir.




El Castillo – Alta Cal (desplazamiento en camión) 21 Km


Foto Tomada Lucas Rodriguez
La falta de humanismo se debe combatir con resistencia, es la lección de vida que nos deja doña Graciela, quien nos recibe con mucho amor en la casa por la que tuvo que luchar para que no se le fuera arrebatada. Aún ahora lucha contra la desinformación, ella es parte de la construcción de memoria en respuesta a la violencia. Proceso del cual nosotros los peregrinos tuvimos la fortuna de hacer parte. Pues si bien, el acto de caminar no constituye una transformación física del espacio ni deja señales tangibles, sí representa un cambio de significado y por ende una transformación del entorno, pues implica la  re-significación de un emplazamiento.





Alta Cal – San Luis de Yamanes (desplazamiento en camión) 21 Km

San Luis de Yamanes – Miravalles

Foto Tomada Por Lucas Rodriguez. 

El territorio devela las dolencias de sus habitantes, se pueden ver las heridas provocadas por la minería y la deforestación que causan la erosión del suelo, dañando la base del sustento del campesino y a plazo medio la vida digna de todos. La destrucción del medio ambiente es otra forma de despojar a las personas de sus tierras, y los victimarios ahora se muestras con corbata y supuestas promesas de progreso. 



Foto Tomada por Lucas Rodriguez. 

Pero las personas de esta región han aprendido de sus luchas, y entienden que es el cuidado de los recursos naturales lo que les da la resiliencia para sobrellevar las consecuencias del conflicto. Es deber de nosotros aprender de ellos, y llevar acabo actos de resistencia contra el deterioro del campo colombiano, y presentar verdaderas alternativas de mejora, basadas en planes de sostenibilidad ecológica apoyados en investigaciones científicas.


Miravalles -La Esmeralda (4.75 km 1 hora 30 min)

La fuerza que muestran los pobladores para la protección de la tierra deviene del arraigo que ahora sienten a causa de recuperar lo que perdieron, pues en algún punto de su vida muchos de ellos tuvieron que dejar sus casas. 

Foto Tomada por Lucas Rodriguez. 
En Miravalles sólo viven 14 familias después de haber sido un pueblo concurrido con alto comercio, según cuentan sus habitantes. Los pequeños propietarios de tierras han sido sustituidos por grandes terratenientes. Y aunque de a pocos las personas están regresando, un nuevo fenómeno se presenta, los jóvenes se quieren quedar en las ciudades por falta de oportunidades de estudio en su pueblo. Sin embargo, hay quienes jamás se fueron y yacen ahora en el cementerio, que no discrimina bandos. En este emplazamiento fúnebre, al momento de hacer un acto de memoria, nos vimos rodeados por el ejercito, sintiendo un ápice de la incertidumbre que debieron sentir los pobladores en la época de la violencia cada vez que veían un grupo armado.


La Esmeralda – La Cima  (40 min caminando el resto en camión) 7 Km

Foto Tomada por Lucas Rodríguez. 
A pesar de la falta de oportunidades de estudios superiores que encuentran los jóvenes, existen agentes educativos que entienden el papel fundamental de la educación para la reconstrucción de memoria y el resarcimiento de las comunidades. Es el caso del profesor de la escuela en el municipio la esmeralda, que no solo se enfoca en enseñar los contenidos de las diferentes áreas del conocimiento, sino que busca ser un agente activo en el desarrollo personal del estudiante, haciendo participes de la educación a las familias de los alumnos, y sacando el colegio adelante con la colaboración comunitaria como entes organizados.

Viendo esto, surgió en mí la pregunta, ¿En qué lugar mi presencia será de ayuda? Es una pregunta acerca de lo que hacemos con nuestros estudios y como estar allí me llevo a pensar que la mejor forma de emplear lo aprendido en la academia, es llevarlo al campo, para que sea de provecho en comunidades descentralizadas que tienen acceso restringido a la información. Democratizar el conocimiento hace parte de la lucha por la igualdad y el empoderamiento.


 La Cima – Caño Dulce (10.88km 3 horas 34 min)

Foto tomada por Lucas Rodríguez.

Un factor importante en la reparación de víctimas, son los actos simbólicos que detonan en objetos o en rituales que ayudan a recordar sin revictimizar. Por ejemplo, a lo largo de la procesión vimos cuatro murales en puntos sensibles del territorio, estos ayudan a la sanación en esencia porque, se necesita toda una comunidad para levantar un monumento y llenar de vida y significado inmaterial a un objeto, También el uso de elementos propios del territorio, como piedras o incluso árboles que ya presentan una carga simbólica, ayudan a reconciliarse con el espacio de donde vienen y donde se sufrió. Por otra parte, les permite materializar el sentir y traer de nuevo los nombres de los seres que ya no están. Es el contraste de lo que es inamovible, porque está hecho de un material fuerte, para pervivir la memoria de lo que fue efímero.


Foto Tomada por Lucas Rodríguez.
La función del artista foráneo implica ser un medio, debe leer el contexto y contribuir con objetos o con acciones que ayuden a detonar la reflexión, la catarsis o cualquier sentir y pensar presente en las personas protagonistas del conflicto. Es el agente que detona más no dirige, debe dar un paso atrás para permitir la interacción con el elemento que dispuso para el uso de otros.
Resulta contraproducente cuando el artista o cualquier sujeto externo a la comunidad, instrumentaliza el dolor o las problemáticas de la región para llenar de contenidos su hacer, sin mayor respeto por aquel que da un acto de confianza al abrir la puerta a su historia de vida.










Caño dulce- Caño Claro Malabares (1 hora 22 min 4,33 km)
Foto Tomada por.....

Las comunidades han encontrado en la autogestión y en la organización, formas de autoayuda, como es el caso de la organización de mujeres Agroempo, que repartió en 21 parcelas un espacio de tierra, para dividirlo entre las familias, y dedicarse a la agricultura sostenible. Por ejemplo, nos cuenta Esmeralda Balbuena que cultiva y comercializa con plátano para salir adelante.

Foto Tomada por  Jimena Andrade.


Los habitantes de este municipio hacen la analogía entre las abejas y su comunidad, porque son seres trabajadores y unidos, pero en peligro de extinción. Para representarlo, dibujan abejas y en sus alas escriben nombres como el de Natividad Castro Gutiérrez y demás integrantes de su congregación asesinados, que ya no pueden luchar por salir adelante. Sin embargo, es un gran hallazgo combatir el olvido de las entidades gubernamentales y el desinterés generalizado de las personas con poder, con la formación de organizaciones integradas por ellos mismos, generando estrategias de supervivencia dignas de ser imitadas, para evitar la dependencia hacia agentes externos que pueden o no estar realmente interesados en una mejora significativa.



Malabares – Medellín del Ariari (1 hora 3 km)

Foto tomada por Lucas Rodríguez. 


Siguiendo el ejemplo de estas mujeres emprendedoras, las entidades, los colectivos o las personas particulares que queremos ayudar, podemos ser aún más de ayuda juntos y organizados. Es por lo que la peregrinación resulta ser un acto potente de memoria, porque cada acontecimiento, cada punto en el camino, puede tratarse como un hecho aislado. 


Medellín del Ariari  Foto tomada por Lucas Rodríguez. 


Pero es la línea que se traza al andar, la que une todos los puntos convirtiendo a cada historia parte de una gran reminiscencia colectiva, donde los senderos de las personas del territorio se entrecruzan con los de los peregrinos, formado una malla que funciona como soporte para la vida. 



Medellín del Ariari –  El Encanto  - Pto Esperanza _  Civipaz

Foto tomada  por 
En Puerto Esperanza, lugar de memoria y resistencia, de decenas de mártires, liderésas y líderes asesinados. la Memoria hecha vida en una Institución Educativa donde Yamid Daniel Henao  Estudió  y su Madre Lucero Henao,  comprometió sus fuerzas para su construcción.  La memoria de estas dos personas que fueron asesinadas el 6 de Febrero de 2004 marcaron nuestros corazones como cada uno de los testimonios escuchados durante nuestra peregrinación. 
    
Foto tomada por 

Finalmente, en Civipaz un espacio de protección en medio del caos, recordamos la muerte del líder Reinaldo Perdomo, que lucho por la titulación de tierras y pidió protección para poder vivir tranquilamente. Entre otras luchas, se encuentra la unión de las familias que se encontraban desplazadas para regresar al campo por sus propios medios, sin garantías del gobierno.


Foto tomada por Lucas Rodríguez. 

Todas estas historias de fuerza y dolor nos muestran una capacidad de resiliencia infinita, y estoy inmensamente agradecida con la generosidad de la vida y de los habitantes de estas regiones que me brindaron su hospitalidad y me dieron su confianza. La resistencia no acaba siempre y cuando la vida siga, así como a pesar de la tragedia las historias de estas personas continúan. Aún no llegamos al final del recorrido, y espero poder tener el honor de ser participe de el resto del camino que falta por reconstruir.

TEXTO ESCRITO POR Paola Donato Castillo. 



Medellín del Ariari, atardecer. Foto tomada por Lucas Rodríguez. 



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