domingo, 7 de enero de 2018

La memoria y el acompañamiento a las víctimas un eje transversal de la acción evangelizadora de los misioneros claretianos en el Alto Ariari .




I. Tres décadas de Memoria y Evangelización.

Desde el año 1993 los Misioneros Claretianos  hemos venido acompañando la región del Alto Ariari, en el Municipio de El Castillo.   Por efectos metodológicos  hemos definido algunos periodos  que nos ayudaran a entender  los énfasis de nuestra acción pastoral en la Justicia y la paz .

Un primer periodo Podríamos delimitar entre 1993 y 2000  al que denominamos, acercamiento y presencia,  el énfasis de nuestro acompañamiento se centro en  las   viudas y huérfanos, familiares de víctimas del exterminio de la Unión patriótica.

Durante esta época los Misioneros Claretianos, a través de la Comisión Claretiana de JPIC,  hicimos parte del Proyecto Colombia Nunca Mas, que agrupo a 18 organizaciones de derechos humanos que se dieron a la tarea de recoger la memoria histórica de los crímenes de Lesa Humanidad  cometidos en Colombia. Este proyecto llego a publicar un informe sobre la Zona 7 que correspondía a la región del Meta.

Las celebraciones religiosas siempre fueron un ejercicio de conmemoración de las masacres, de los asesinatos.  Fueron y son un espacio  de re- elaboración de los duelos  y las heridas, recontar y contar  los hechos desde la perspectiva de las victimas,  haciendo un acompañamiento cotidiano y en la construcción de la confianza mutua.  Fue acompañar el ejercicio de la memoria como un hecho permanente por que se vivía en la  constate  confrontación con la Muerte.

Los encuentros comunitarios, en torno a la Lectura Popular de la Biblia como una posibilidad de leer la realidad con ojos de esperanza en medio  de los asesinatos y las desapariciones que no han dejado de suceder en esta región, siguen siendo un lugar donde acontece la memoria y la posibilidad de hacer duelo, es un lugar donde la resiliencia acontece de una forma especial, ya que por un lado se da un proceso de sanación personal y fortalece los tejidos comunitarios.

Los dibujos, los diálogos, las conmemoración, la cartografía social,   fueron los elementos para recoger la memoria  del extermino de las organizaciones de izquierda  nacidas en el alto Ariari, de la desaparición y asesinato de cientos de campesinos y campesinas. Este proceso se realizó desde una perspectiva integral.

Un segundo periodo  entre el año 2000 y 2005, al que hemos denominado, invasión, éxodo y desplazamiento.  En este nuevo periodo de violencia, El Castillo  volvió a vivir los rigores  de la  violencia institucionalizada  por el Batallón 21 Vargas de la 7 Brigada quienes permitieron el ingreso de los paramilitares sobre el pretexto de una lucha contra la insurgencia y una retoma del territorio luego del  frustrado proceso de dialogo del gobierno de Andrés  Pastrana  con la Guerrilla de las FARC-EP.

En esta época el ejercicio de la memoria se continuo de la mano con el acompañamiento sicosocial  de las victimas de los asesinatos, desapariciones  masacres.

Los velorios, las Eucaristías de exequias , los novenarios se convirtieron en espacios de catarsis, protección y resilencia  para los familaires de las victimas  y para la comunidad en general.  Cada acto religioso fue la posibilidad de nombrar  y de conversar sobre lo que en otros espacios no se podía hablar.

En el 2002 cuando El Castillo y los municipios del Alto Ariari recibían el premio Nacional de paz, la misión claretiana  acompañaba los familiares de asesinados por paramilitares  con el silencio cómplice del Ejercito y la Policía.

En el 2002 a pocos días del asesinato y desaparición de Eider Quiguanas por parte del Ejercito  se acompaño a la Familia Quiguanas a poner los primeros ladrillos de lo que hoy es el monumento que se encuentra en la Vereda la Floresta a 4 horas de camino de Puerto Esperanza.  Allí en medio de la militarización de la región se realizaron unas exequias sin cuerpo presente porque el cuerpo lo han desparecido, el ejercito se lo llevo y hasta el día de hoy no se ha podido recuperar el cuerpo que posiblemente esta enterrado en el Cementerio de Granada-Meta.  Allí donde  cayo el cuerpo sin vida, allí donde asesinaron a Eider celebramos la Eucaristía.

Durante esta época se generó el desplazamiento de mas de 700 familias  de las 22 veredas que hacen parte de la misión claretiana  y en conjunto con la Comisión Intereclesial de Justicia y paz se inició un acompañamiento a 35 familias de las veredas de la parte alta de El Castillo.

El ejercicio de memoria no estaba  enfocado solamente en los hechos victimizantes sino en lograr establecer un marco de comprensión de lo que estaba pasando,  cada 8 días nos reuníamos con las familias desplazadas para intentar responder algunos interrogantes :
Que había pasado?
Quienes eran  los responsables?
Porque había sucedido?
Quienes eran  los desplazados?
Quienes los desplazadores?

Durante  tres años se realizaron ejercicios de recuperación  de la memoria historia  de la colonización del Ariari, las reuniones con los abuelos,  contar las  historias de vida en medio de las reuniones comunitarias  fueron los elementos para responder a esas preguntas.

En medio delos asesinatos y los desplazamientos unos en el Castillo y otros en el destierro se fue organizando la posibilidad del retorno. Y es así como nace CIVIPAZ como la concreción  de regresar a la región en  medio de la invasión Militar y Paramilitar.

La misión  Claretiana en un momento en que ninguna otra organización humanitaria  hacia presencia en la región  logro visitar cada vereda y cada familia, acompañar desde la presencia, llegamos a las casas,  para generar confianzas y sobre todo  para manifestar que no estábamos solos, luego de los bombardeos, de los asesinatos, de los saqueos, nuestra pastoral  fue ESTAR,  acompañar.

A partir del 2005  podríamos definir un tercer momento: La Memoria como regreso, reconstrucción  y Esperanza,  se concreta el retorno de CIVIPAZ   y con ellos la muchas otras familias que  vieron  la posibilidad de regreso como un hecho real, aunque  un poco utópico por la presencia paramilitar en la región.

La misión Claretiana  ha permitido los espacios  conmemorativos  que en su momento eran impensables e imposibles,  conmemorar el primer año del asesinato de Lucero y Yamid Henao  en medio del absoluto control paramilitar  y en medio del abandono y la desolación que se encontraba Puerto Esperanza

Este tercera momento esta caracterizado por lo que podríamos llamar una cartografía de la memoria, es decir ya no solamente se realizaban actos conmemorativos, simbólicos y religiosos sino además se empezó a marcar el territorio con los testimonios de la memoria, es decir  se empezó a construir un patrimonio cultural que evidenciaba físicamente las heridas de la guerra. Por eso este tercer momento se caracteriza por la construcción de monumentos, cruces, placas, jardines,  vuelven a aparecer como marca indeleble de la memoria hecha resistencia y vida.

La construcción de monumentos de la memoria.  
El ejercicio de la memoria fue un acontecimiento permanente,  al instante de los hechos violentos se fueron marcando los lugares de la muerte y la barbarie, no como un acto de venganza sino como lugares de vida y esperanza, marcar el territorio como expresión lucha contra la impunidad. Es lo que después empezamos a llamar la cartografía de la memoria.  

Los monumentos  de memoria existentes en el Municipio de El Castillo  fueron construidos por las familias de las victimas,  han sido realizados a través de los años,  la Misión Claretiana ha acompañado esta elaboración, hemos sido testigos,  de estas marcas sobre el territorio, que pretenden hacerle frente a las lógicas del olvido y sembrar la esperanza en medio del dolor. Marcar los sitios fue a la vez un acto de resistencia ante el olvido y la historia oficial que jamás reconoce la voz de las victimas. 

Cartografía de la Memoria  acompañada por la Misión Claretiana.

a.     Eider Quiguanas. Vereda la Floresta, en  cada conmemoración se ha ido configurando  Asesinado  por el Ejercito el 29 enero 2002 y presentado como guerrillero Muerto en Combate.
b.     Lucero Henao y Yamid Daniel  Henao : Las Cruces de la Esperanza El Encanto Asesinados el 6 de Febrero de 2004 por Paramiliatres.
c.      Humberto Ballen : La cruz  SIN OLVIDO el Encanto asesinado el 24 septiembre 2003
d.     El Árbol de la Vida: CIVIPAZ. Memoria de las Victimas del Alto Ariari.
e.     Reinaldo Perdomo. Vereda la Esmeralda. Asesinado por Paramiliatres 12 Agosto 2003
f.      La placa de la memoria: Mario Castro Bueno. Asesinado 1 de Noviembre 2002
g.     Santuario de la Memoria de las victimas  Medellín del Ariari.
h.     Bosque de la Memoria. Zona de Biodiversidad María Mercedes Méndez. Asesinada 3 de junio de 1992 con otras 5 personas.

Las conmemoraciones

El ejercicio de la memoria ha pasado por la realización de actos públicos de memoria en las fechas de los crímenes,  en algunos momentos con actos masivos donde han participado  hasta  1000 personas y en otros casos  en un ambiente familiar o veredal

Entorno a la celebración de la Eucaristía se han realizado ejercicios de recuperación de la memoria de las victimas, recuperando su vida personal, política, productiva, afectiva, militante.

Las conmemoraciones fueron la posibilidad de volver al territorio de conocer y reconocer lugares que para muchos no era conocidos,  jóvenes de Medellín del Ariari, que jamás habían  visitado el nacedero del acueducto o la vereda la Floresta , jóvenes que jamás habían subido a Puerto Esperanza, la misión Claretiana permitió  romper los muros de la estigmatización y permitió el reencuentro de las victimas.

El Listado de conmemoraciones seria largo, pero cada mes del año tiene por lo menos 10 victimas que recordar. El Calendario de Memoria que se mantiene en las paredes del templo Santuario de la Memoria de Medellín del Ariari, es un ejercicio permanente de memoria, ya que quienes llegan a visitarlo  y encuentran el nombre de alguna persona conocida, inmediatamente empiezan a recordar momentos de la historia del pueblo  y de su propia vida.   

Los diálogos interpersonales.
La reconstrucción de la memoria  ha sido también un ejercicio de acompañamiento sicosocial  y espiritual que se ha venido realizado de manera permanente y cotidiana,  la escucha  y el estar presentes en los momentos críticos post- victimización  y en el largo periodo de resilencia y reconstrucción,  necesita de una profunda experiencia de dialogo, de permitir que la palabra pueda ser un acto sanador.
 
Visitas a las casas,  se constituyeron en actos simbólicos y de sanación  que permitieron acompañar a distintas personas, la casa como lugar de encuentro fue donde aconteció mayoritariamente los espacios de dialogo y escucha.   Estos diálogos  permitieron asumir la situación y entenderla en el marco de la violencia que se  ha  vivido por mas de 50 años.
 
 El inicio de la construcción  Santuario de la memoria en Medellín del Ariari  marca el inicio de un cuarto momento a partir del año 2009

Un ejercicio de síntesis  y un espacio sagrado para la memoria es lo que se viene construyendo en el Templo de Medellín  del Ariari, un lugar para plasmar los nombres de las victimas,  un lugar para dejar la experiencia de la muerte  y pasar a la experiencia de la vida, de la memoria , de la resurrección.

Esta idea o estrategia de memoria pretende ser un acto profetico frente a una situación que generó la ley 975 o la 1448 ley de reparación de victimas y restitución de tierras.  Estas leyes  generaron una monetarizacion de la reivindicación de las personas asesinadas,  hizo carrera la expresión “estoy esperan que me lo paguen” estas leyes aprovechándose de las necesidades básicas de las personas ilusionaron con la idea de una preparación económica.  Por eso el Santuario de la Memoria pretende ser un espacio que va más allá de un acto oficial e institucional.

Para este periodo, la memoria, la reparación integral y la justicia, fueron expresiones que por un lado se vaciaron de contenido y por otro se pusieron en la esfera institucional, de allí que la Misión Claretiana sin renunciar  al dialogo en el marco de la ley, si busco mantener la memoria como una expresión de significación y memorial de la violencia vivida, que las ofertas institucionales pretenden banalizar y cubrir con el manto del olvido la impunidad que ellos quieren mantener.

Ofertas institucionales de memoria, llegaron al municipio que tuvieron que afrontar el dialogo con las practicas que se han llevado en el municipio,  la gobernación o la alcaldía no pudieron llegar a imponer unas políticas publicas que muchas veces desconocen la versión de las victimas, como lo fue el inicio del proyecto del Parque regional de Memoria histórica de El Castillo.


II.  UN MINISTERIO EN TIEMPOS DE CONFLICTO:  LA CONSOLACIÓN

"Por amor es que debemos transformar esta sensibilidad en actos por la justicia,
en lucha por la vida. Si no se produce, sino  no hay como consecuencia el necesario desprendimiento de nuestro bienestar  material, de nuestra tranquilidad personal, el amor no será amor y las lagrimas furtivas serán solamente sensiblería  para amortiguar el egoísmo. Es triste que nuestro amor haya estado ligado a la contraposición del odio que ocasiona la muerte.
El verdugo odia y los defensores de los derechos humanos amamos.
Los egoístas quieren todo para sí  y los que amamos la vida estamos dispuesto a compartir hasta nuestros sueños con el egoísta
La vida y el amor, el amor y la vida, van unidos como un concepto y como sentimiento en los defensores de los derechos humanos.
Nadie puede defender la vida sin amar y nadie puede amar sin realmente defender la vida"

Josué Giraldo, Asesinado por paramilitares el 13 de octubre de 1996 



PUNTO DE PARTIDA.

Una opción: Los pobres

Nuestra práctica y nuestro quehacer teológico es producto de una serie de opciones de fe que naturalmente nos guían y nos conducen a compromisos muy concretos.

La opción por los pobres, en este caso, hace parte de nuestra confesión de fe. El asumir un compromiso en solidaridad con quienes el sistema excluye y elimina hace  que nuestra opción sea dinámica y exija de nosotros  una postura frente a las diferentes situaciones que ellos viven.

Esta opción es fruto de la experiencia de fe surgida en el caminar con las comunidades, los barrios y las veredas donde hombres y mujeres siguen construyendo la esperanza en medio de la persecución y el exterminio.

Esta opción es fruto del caminar  de Dios con su pueblo, es un caminar que hace que la fe se ensanche, que se vea la historia como historia de salvación y como lucha por la liberación.
  
En este caminar los pobres han sido  victimizados doblemente, por una lado, siendo excluidos por el sistema neoliberal, por otro al generar procesos de organización y resistencia son señalados, estigmatizados y hasta exterminados, y por ultimo son victimas de la impunidad que reina en nuestros países.

Dios esta escuchando la voz del pueblo Latinoamericano y del tercer mundo  que se debate en una profunda crisis, generada por la acumulación del poder en unos pocos, y por la consolidación de las estructuras generadoras de injusticia. Provocando en el pueblo diversas manifestaciones de inconformidad. Esta lucha de poderes que se viene agudizando, genera confusión y hasta señalamientos, en donde los pobres nuevamente son víctimas.
       
Un lugar:  Las victimas

Para  nosotros como cristianos el punto de partida es Jesús de Nazaret, y en coherencia con su  seguimiento lo son también las víctimas, los pobres, los excluidos los que el sistema de justicia no protege sino que condena.

Las víctimas  no solo han tenido que sufrir la violencia del Estado  como expresión del conflicto armado , sino que también han sido  condenándolos a muerte,  al hambre, a la falta de educación y empleo,  que cuando exigen sus derechos son exterminadas y  además  estos crímenes han gozado del favor de la impunidad.

Para ellas no hay régimen de derecho que las proteja,  a pesar de existir hoy en día una legislación que dice protegerlos, pero como lo podemos ver en las ultimas semanas con mayor esplendor  hoy se erige un ejercito anti-restitución de tierras, bajo la mirada cómplice del ejercito y la policía, y de los mecanismos de impunidad protegen a los victimarios.

Un ministerio de la consolación  se debe ubicar desde el lugar de las victimas ocasionadas por las estructuras generadoras de injusticia, de opresión, acompañar a quienes han sido victimizadas por la violencia que es causa de la injusticia.
                                                                                  

Una pastoral: La Consolación


En este contexto de opción y  lugar se enmarca el misterio de la consolación, acompañar a las víctimas de las violaciones a los derechos y Crímenes de Lesa Humanidad.

Acompañar personas o comunidades a las que su dignidad y sus utopías se han sido rotas por la represión, no es solamente una actividad psicoterapéutica de restauración, es un testimonio de esperanza y vida que se debe enmarcar dentro del ministerio profético. “Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios”Is 40,1. Estas palabras de Isaías nos recuerdan los sueños de Yahvé sobre el pueblo de Israel, él quiere la restauración y la reconstrucción de una pueblo que ha sido oprimido, y destruido. Por eso el ministerio de la consolación entendido como una acción profética será el camino de la resistencia.

El ministerio de la consolación en zonas golpeadas por la violencia (social y armada), es una respuesta evangélica de resistencia y compañía, de compasión y solidaridad. No es una actitud lastimera o de sanaciones interiores vacías y alienantes.  Es un acto de profunda escucha y acompañamiento.

Es un gastar la vida desde el principio de la misericordia, compartir de corazón el dolor con aquel que ha sido golpeado, ultrajado e incluso negado toda posibilidad de justicia.

Consolar es reconstruir desde las cenizas, es acompañar en la recuperación de la memoria de la victimas  y en la reconstrucción del tejido social desecho por la guerra.

Consolar en medio de la guerra es promover la resurrección de las victimas, su dignidad y sus utopías, es la consolidación de los espacios comunitarios como mecanismo de resistencia. Proclamar y hacer historia el discurso de las bienaventuranzas. “Bienaventurados los pobres  de espíritu, ... bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia...” Mt 5,3ss. Construir la felicidad y la dignidad, aunque el victimario quiera lo contrario.  En este camino se debe promover que las victimas sigan siendo sujetos históricos  y políticos,  y  no se conviertan en depositarios de la limosna, la lastima o la “caridad” de los demás.

La consolación parte del principio del reconocimiento propio, es decir reconocerse como ser en el mundo, incluso reconocerse como victima de este sistema, quien ejerce este ministerio no debe ejercerlo como quien esta sano y va a curar al otro.
“ El samaritano que iba de camino llegó  junto a él  y al verle tuvo compasión, se acercó y curó sus heridas” Lc 10,33-34ss, el samaritano se reconoce como excluido del sistema, como victima y desde esta condición es capaz de sentir compasión, incluso es capaz de consolar. En este sentido quien ha sentido el dolor es capaz de curarlo. No se trata de hace una equivalencia absoluta sino una analogía de proporción. Quien siente la necesidad de consuelo es capaz de consolar.

En este sentido la consolación es el compromiso por la eliminación de las causas que generan la injusticia, el dolor. La consolación es por lo tanto una realidad que está mediada por verdaderos actos de solidaridad y búsqueda de la justicia, el camino testimonial de la misericordia de Dios.

El ministerio de la consolación se ha de ubicar en el contexto político y social de las víctimas, en los intereses ocultos o explícitos de los victimarios  de tal manera que este ministerio no se convierta en un instrumento de impunidad o alineación

Desde el ministerio de la consolación la asistencia humanitaria tiene sentido en la medida que contribuya a la resistencia y a la generación de procesos de organización por la reivindicación de sus derechos como pueblo.   

Consolar no es renunciar a la búsqueda de la justicia, es contribuir a solucionar las causas de la aflicción, por eso el ministerio de la consolación debe estar unido a los procesos de resistencia y organización de las comunidades. 

Los asesinatos, las desapariciones, las torturas, los bombardeos ocasionan en las personas y comunidades profundas heridas que generan terror con la intención de inmovilizar  a las victimas. Consolar a viudas, huérfanos  implica:

Primero: borrar el sentimiento de culpabilidad que los victimarios  dejan sobre sus víctimas, “ Si lo mataron fue porque algo debía”  es reconocer que quien ha sido asesinado, torturado o desaparecido  es una persona digna, sujeto  y hacedor de historia.

 En segundo lugar es devolver la confianza  en sí mismo, valorando el ser querido perdido  y reconocer que somos continuadores de un caminar que ha sido truncado, reconocer su causa y sus utopías.

En tercer lugar es reincorporar a las personas  a la comunidad, es la reconstrucción del tejido social. En cuarto lugar es reconocer que los familiares de victimas tienen tres derechos innegociables: la Justicia, la verdad y la Reparación integral.

Es hora de la esperanza mayor, por que cuanto más oscura es la noche mayor será la claridad, es hora de la resistencia y de la consolación, es hora de las utopías y de los sueños imposibles, por que caminando hacemos camino, es hora de la paz.




Equipo Misionero Medellín del Ariari

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