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lunes, 25 de junio de 2018

José David Cutiva Ortiz.

José David Nació en el Municipio de El Castillo, el 4 marzo de 1975,  hijo de campesinos.

José David Cutiva Ortiz. Foto Donada por la familia, cuando se la tomaron tenia 12 años, fue asesinado cuando tenia 28 años.
Asesinado el 23 de Septiembre de 2003 por Partamilitares en el Camino que conduce a la Vereda Campoalegre en el Municipio de El Castillo.

El dia 25 de Septiembre, cuando se realizaban las exequias en Medellín del Ariari la Eucaristía fue perturbada por la presencia de paramilitares, Ejercito y Guerrilla.  El entierro debió  realizare a las carreras  y en medio de una Balacera, ya que  El Ejercito  y los paramilitares  se enfrentaron con la  Guerrilla. Dejando a la población Civil en medio del fuego cruzado.

Su ERASMO CUTIVA ORTIZ,  fue desaparecido el 20 de diciembre de 2001


La Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, escribió:


Continúa el exterminio de los campesinos del Ariari Asesinado DAVID CUTIVA campesino de Los Alpes.
“Solo curan por encima la herida de la hija de mi pueblo diciendo: ¨!Paz, Paz!¨ Siendo que no hay paz. Deberían avergonzarse de sus actos abominables, pero ya no conocen la vergüenza ni se ponen rojos. Esperábamos la paz, y ninguna cosa buena ha llegado, ni el tiempo de la curación, solo se presenta el miedo.”
Jeremías 8,11.

Gota a gota, uno a uno, persona por persona, campesino por campesino, no cesa la persecución, el exterminio de pobladores del Ariari en desarrollo de una estrategia militar encubierta de tipo paramilitar. Así como desde las estrategias armadas se niega la existencia del principio de distinción permanentemente, se rompen las fronteras entre combatientes y no combatientes constantemente, la unidad de acción, la no distinción, la no diferenciación entre las acciones estatales y paraestatales se perpetúa desde hace 16 meses.

Desde enero del 2001 se ha desatado una estrategia militar que combina acciones regulares e irregulares que han convertido como blanco militar a los pobladores civiles, objeto de violaciones de sus derechos. Ninguna acción de solidaridad o humanitaria ni jurídica han permitido evitar la repetición de los asesinatos, las desapariciones forzosas, el desplazamiento forzoso. Por el contrario, las estructuras armadas se han fortalecido, se han consolidado.
Bajo el pretexto de la confrontación a la guerrilla de las FARC EP, de la política de recuperación territorial, se ha consolidado la estrategia de control político, social y de represión paramilitar en los cascos urbanos y en los corregimientos con violaciones de derechos humanos.
º Domingo 21 de septiembre durante el día, unidades de “civiles” armados de la estrategia paramilitar vestidos de civil y con armas controlaron durante todo el día el movimiento de los pobladores que se abastecían de bienes necesarios para su supervivencia en Puerto Esperanza.

º Lunes 22 de septiembre desde tempranas horas de la mañana, en el camino que conduce de Puerto Esperanza a la vereda de Los Alpes, los paramilitares instalaron un retén de control de personas y de bienes, amenazando e intimidando a los pobladores, acusándolos de ser “auxiliadores de la guerrilla”. A muchos pobladores les saqueron sus alimentos, a otros les impidieron llevarlos, y les recordaron que la cuota de alimentación era limitada.
Hacia las 15:00 un grupo de campesinos que se dirigía hacia la vereda de Los Alpes fue retenido por los “civiles” armados, a algunos les retuvieron los alimentos, los amenazaron de muerte, los intimidaron y los acusaron de ser “cómplices de la guerrilla”. Luego de varios minutos, les dieron la orden de seguir con excepción del campesino DAVID CUTIVA ORTIZ, 29 años de edad, a quién acusaron de ser “auxiliador de la guerrilla”. A DAVID lo retuvieron, y mientras lo acusaban, insistían en que sus vecinos debían seguir.

º Martes 23 de septiembre hacia las 6:00 hora local, en el sitio conocido como Los Corrales, jurisdicción de Puerto Esperanza, la esposa de DAVID encontró su cuerpo sin vida con un tiro en la cabeza.
º Jueves 25 de septiembre hacia las 8:00 horas, al parecer dos miembros de la guerrilla de la FARC EP a la altura de la planta de basuras, ubicada en la carretera que conduce de Medellín del Ariari al casco urbano del municipio de El Castillo obligaron a detenerse a un vehículo de servicio público, lo atravesaron en la carretera bloqueándola.
Quince minutos después los “civiles” armados de la estrategia paramilitar que se encontraban en el casco urbano se ubicaron a la entrada del casco urbano de Medellín del Ariari, otro grupo de hombres vestidos de camuflado y con armas largas se trasladó a las afueras del poblado. Minutos después varios camiones con paramilitares ingresaron al casco urbano por la carretera que viene de Puerto Esperanza y de Villavicencio.

Hacia las 9:35 horas aproximadamente ingresaron al casco urbano más de 50 unidades de policía que se distribuyeron en el pueblo de Medellín del Ariari, al tiempo que los paramilitares permanecían en él mismo. Testigos observaron como dialogaron y se redistribuyeron las posiciones. Los paramilitares salieron a las afueras del pueblo aproximadamente a unos 10 minutos mientras la policía rodeo el pueblo dentro del casco urbano.

El asesinato de DAVID, ilustra la sistematicidad, por el modo de operación y la intencionalidad con que se perpetúan los crímenes a través de estrategias encubiertas frente a las cuales no hay actuación judicial tendiente a esclarecer y a evitar la repetición de daños irreparables. La permanente consumación de atentados contra los campesinos en centros o cascos urbanos en los que se han consolidado la presencia de unidades de “civiles” armados dentro de la estrategia militar encubierta ha sido posible por la OMISION, la COMPLICIDAD, la AQUIESCENCIA y la TOLERANCIA de unidades militares adscritas al Batallón 21 Vargas.

Las acciones guerrilleras de las FARC EP fueron respondidas en este caso en una manifiesta unidad de acción ya no solo entre unidades militares y paramilitares sino entre unidades policiales y paramilitares. Aunque evidentemente el Estado tiene el deber de responder a las acciones ilegales de los rebeldes, no todos los medios son válidos sino que deben enmarcarse dentro de los parámetros del Estado de Derecho. La respuesta a la acción de la guerra de guerrillas demuestra que existe un ligazón entre las actuaciones estatales y las paraestatales, la que se deslegitima, mucho más cuando las expresiones encubiertas han atentado contra pobladores civiles.

Bogotá, D.C. septiembre 27 de 2003
COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ

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